Los ladrones de tiempo tienen un impacto negativo en nuestro rendimiento, nos desconcentran, nos hacen más lentos, ineficaces, desorganizados y un largo etcétera. Identificarlos, combatirlos y, sobre todo, gestionarlos nos hará, con seguridad, más productivos.
Cuando está en nuestras manos reducir el número de interrupciones diarias en nuestro trabajo, se trata de ladrones de tiempo internos. Cuando, en cambio, una nube de cosas detiene una y otra vez nuestro ritmo laboral, nos encontramos con ladrones de tiempo externos.
Ladrones de tiempo internos:
- Teléfono
- Correo
- Internet
- Reuniones de trabajo
- Interrupciones
Ladrones de tiempo externos:
- Hábitos multitarea
- Precaria planificación
- Falta de motivación
- Procrastinación o postergación
- Dificultad para dar una réplica negativa
Es importante, como decíamos, indentificarlos y combatirlo, pues nuestra productividad está directamente asociada a una gestión adecuada de los mismos. A continuación, os hacemos algunas recomendaciones para evitar caer en los ladrones de tiempo:
- Identifica tus propios ladrones de tiempo, llámense interrupciones, móvil, internet…Identifica las más frecuentes y crea un plan para combatirlas.
- Establece prioridades, no pospongas aquellas actividades que te resulten más tediosas o pesadas, ordénalas según importancia.
- Toma conciencia de cuándo eres más productivo y realiza en estas franjas horarias aquellas tareas que requieren una mayor concentración. Si puedes no atiendas en este tiempo llamadas.
- Reuniones. Analiza si realmente son necesarias y si existe una alternativa (una llamada de teléfono, skype…) Si al final se convoca, haz que sea útil y eficaz.
- Orden y planificación. Planificar qué tenemos que hacer durante la jornada (lo mejor es dejarlo organizado al finalizar el día para tenerlo todo organizado al día siguiente) y mantener el espacio de trabajo despejado y ordenado nos ayuda a pensar con más claridad.
Recuerda que “gestionar bien el tiempo no es tanto una cuestión de utilizar bien un reloj, sino de utilizar bien una brújula”.