El cambio de año es el momento perfecto para escribir una nueva página en nuestra historia. Con este cambio nos planteamos una serie de propósitos de año nuevo para la oficina, para mejorar aspectos y ámbitos de nuestra vida cotidiana y laboral. Lo normal es fijar unos objetivos a cumplir con un plazo máximo de 12 meses, objetivos que suelen ser muy ambiciosos y en muchas ocasiones inalcanzables.
Es posible que a la hora de leer este post ya hayas tomado la decisión de dejar de lado todos y cada uno de los objetivos planteados el 1 de Enero. Si es así te animamos a que elabores una nueva lista con objetivos alcanzables y medibles y prestes atención en aquello que realmente quieres conseguir. El punto aquí es, ¿por qué no hacer que éste sea tu mejor año? ¿Por qué no cumplir ese propósito tan deseado y sentir una sensación de satisfacción al mirar atrás?
A partir de aquí entra en juego la motivación, esa “cosa que anima a una persona a actuar o realizar algo”. La motivación al inicio de año es muy alta pero conforme pasan los meses empieza a disminuir y empiezan a aparecer las excusas, que tratan de justificar por qué renunciamos a nuestros propósitos. Por este motivo debemos estar motivados en todo momento e incluso apoyarnos en personas de alrededor con los mismos objetivos para ayudarnos mutuamente.
¿Cómo debo elaborar los propósitos de año nuevo?
Lo primero es establecer propósitos que sean alcanzables, realistas, medibles y motivantes. Plantear objetivos generales como hacer más ejercicio, ahorrar parte del sueldo o recuperar clientes perdidos no nos sirve. Deben establecerse metas a corto plazo para hacerlas crecer paulatinamente. Por ejemplo, recuperar 3 clientes al mes, hacer 2 horas de ejercicio a la semana o ahorrar 50€ del sueldo serían unos objetivos primarios que deberían ir ampliándose con el paso de los días/semanas.
Lo segundo es escribir una lista de objetivos y ponerla en un lugar visible para recordar continuamente lo que queremos conseguir.
Ejemplos de propósitos de año nuevo para la oficina
A continuación planteamos objetivos generales pero recuerda que deben ser medibles para ir implantándolos hasta convertirlos en hábitos de trabajo.
- Ser más organizado.
- Aprender algo nuevo.
- Ahorrar parte del sueldo.
- Ser más feliz.
- Decir más a menudo “no”.
- Viajar y ver lugares nuevos.
- Hacer ejercicio.
- Aprovechar los tiempos muertos.
- No trabajar los fines de semana.
No importa si ya han pasado tres semanas o dos meses. ¡Nunca es tarde para plantearse nuevos retos y objetivos a cumplir!